Ciclos de la vida: La oposición Urano / Urano a los 42 años

04.04.2021

Urano tiene un ciclo completo de 84 años, cuando recorre medio ciclo, Urano se ubica en oposición a nuestro Urano natal. Este tránsito nos ocurre a todos alrededor de los 42 años y coincide con lo que llamamos la crisis de los 40.Esta fase representa uno de los puntos decisivos en nuestra vida, porque es durante este tiempo en que sentimos que desarmamos el rompecabezas de nuestras vidas y volvemos a armarlo con las mismas piezas pero de una manera distinta. Es el momento en que necesitamos integrar aspectos de nuestra personalidad que hemos postergado. El grado de conflicto que experimentemos dependerá de que tan rígida o flexible es nuestra estructura. ¿Podemos evitar esta crisis? Sí, podemos evitar enfrentarla, y los problemas se ocultarán transitoriamente hasta que otro tránsito de Saturno o Urano los haga salir a la luz. Durante esta etapa nos damos cuenta del paso del tiempo y nos ponemos a evaluar nuestros logros y fracasos. Si el autoexamen tiene un saldo negativo en nuestra lista de logros y pensamos que no estamos a la altura de lo que esperábamos de nosotros mismos, entonces es momento de plantearnos metas más realistas. Aún así, si hemos logrado todo lo que nos hemos propuesto, sentiremos que algo nos falta. Urano se las arregla para hacernos sentir incompletos, para que decidamos hacer algunos cambios. Comienza nuestra búsqueda, que no es fácil, ni placentera. En muchas ocasiones sentimos la necesidad de tirar todo por la borda, pero sabemos que no podemos y empezamos a sentirnos inquietos, buscamos llenar nuestro tiempo de actividades para no sentir el vacío que Urano nos quiere mostrar. Y tal vez, la clave es permanecer en esta sensación de desasosiego para poder introducir los cambios que necesitamos para sentirnos más completos. Si evitamos los cambios nos quedamos atrapados. Hay que entrar en la crisis, atravesar nuestra oscuridad y ver a que puerto nos lleva. En el camino quizá debamos enfrentarnos con emociones que no estamos dispuestos a admitir en nuestra naturaleza. Quizá aparezca nuestro costado cobarde, o nos demos cuenta de nuestras dependencias y apegos. Integrar estos sentimientos que siempre hemos tratado de negar nos volverá más auténticos. En última instancia, Urano siempre quiere que seamos nosotros mismos, con nuestras fortalezas y debilidades. Es una manera de expandir nuestra identidad, y este es el trabajo que comienza con la oposición de Urano, pero que continuará durante el resto de nuestra vida. En este proceso de integración suele ocurrir que empezamos a integrar nuestras energías femeninas y masculinas. Los hombres que hasta el momento se han dedicado a actuar en el mundo externo, orientados a conseguir logros en su trabajo o profesión, comienzan a tener una necesidad de mayor intimidad, empiezan a cuestionarse el tiempo que pasan fuera de sus casas y deciden pasar más tiempo con sus familias. Su atención se vuelve hacia el interior. Algunos hombres cambian de trabajo en esta época, o cuando esta opción no es posible tratan de adaptar sus horarios para dedicar más tiempo a nuevos intereses que satisfagan la expresión de sí mismo. Para las mujeres suele suceder todo lo opuesto. Si ha pasado gran parte de su vida ocupada en sus relaciones y en las necesidades de sus hijos, buscará realizarse en el mundo exterior y lograr nuevas formas de reconocimiento. Algunas mujeres deciden comenzar o terminar estudios pendientes, otras se vuelcan al crecimiento laboral, buscando cada vez mayor autonomía. Pero también puede ocurrir, sobre todo en estos tiempos que la mujer haya alcanzado importantes logros profesionales y que ahora sienta la necesidad de desviarse para poner su atención en una relación o plantearse la posibilidad de tener hijos.
Cualquiera sea nuestra situación, Urano nos hace sentir descontentos y nos exige que hagamos cambios, para volvernos individuos más integrados, auténticos y completos. Es el momento en que por fin decidimos que queremos ser nosotros mismos, aunque eso signifique soltar un trabajo, una relación, una forma de vida. Estamos preparados para dar lugar a lo nuevo.

Gabriela Cambria